Hoy he llegado a sentirme como una quinceañera punkie, rodeada de crestas, converse y maquillaje, mucho maquillaje negro.
Nos hemos perdido a los Sounds, pero es que Sol perdió su móvil y hasta que lo solucionó, no quiso hacer acto de presencia. Así que llegamos justitos para ver a Fall Out Boy, y para que yo me reencontrase con amigos varios. Los adolescentes de hoy en día comen de todo y bien, porque una pobre de 1,67 como yo se siente enana entre ellos, y tiene que conformarse con poder ver la capucha de Pete Wentz de vez en cuando. El repertorio no estuvo mal, pero me dejaron un amargo sabor de boca al final, cerrando el show con una canción que no conocía el tato. O pude ser que la conociesen los fas más fans, que de eso allí había bastante.
Eso sí, yo me quedé contenta porque cantaron mis dos himnos, y porque por fin he visto al grupo que más me ha hecho correr en la cinta del gimnasio.
Y mañana me tocan Sisters of Mercy, y no os cuento el resto del plan porque pensaréis que esto del gruperío ya pasa de castaño oscuro. Yo sólo sé, que si sale mal, los cargo van contra Bea, que ha sido la artífice de todo esto!!
Y como he llegado prontito del fanatismo quinceañero, me voy a ver una peli de esas raras que luego recomiendo, y tanto os gustan, pero que sólo yo me atrevo a catar.
Mañana será otro día.
♥