• Stars, Unicorns and Sunsets •
I may be your sweet spot, take me to your candy shop.
In the end I predict, you’ll get the very best of me.
Elena. Periodista responsable de contenidos en Kedin.es. Cuasifotógrafa. Coleccionista. Promotora de conciertos. Eternamente a dieta y con mi otra mitad al otro lado del charco. ♥ books, fashion, vintage, music. Odio los lunes y las almohadas pequeñas.
Elena Metafóricamente adquiere los conceptos de "la mujer más bella del universo" derivados de la historia troyana de París y Elena, en la que Elena, de belleza incomparable, fue persuadida por París para llevar a cabo una fuga juntos. Por eso el nombre de Elena ha adquirido el epíteto griego de "destructora de hombres". Naturaleza emotiva que todo lo aprovecha. Se expresa por medio del método, la ejecución y la jerarquía. Ama lo sólido, lo que crece y lo protege. Le gusta sentirse segura. Complaciente. Se expresa en la conciliación de intereses opuestos y en la atención al detalle. Ama la responsabilidad y la legitimidad. ♥
domingo, 19 de octubre de 200823:31Domingo


Ha sido un finde completo. Hemos acabado con una sesión de cine para ver la última de los Coen. Quemar después de leer es una paja mental, que para mi, se queda a medias. Durante la primera hora de película, estás esperando que pase algo interesante... pero olvídate, no pasará. Lo mejor, Brad Pitt mascando chicle descaradamente y bailando sobre la cinta del gimnasio. Del resto, poco más.

Por otro lado, he devorado "Amanecer" en un par de días, y he decir que me parece tiene un digno final. Algo enrevesado, pero coherente, y lo suficientemente bonito, sin caer en lo cursi. Bueno, cursi es, como todo lo de la Meyer, pero no tanto. La imprimación de Jacob es sin duda la mayor y mejor sorpresa del último de la saga, porque el resto, en el fondo, ya lo sabíamos. Pero no doy más pistas, que más de uno se me sube a la chepa si le desvelo el final...


Y de vampiros, a un clásico entre los clásicos. O todo lo contrario. Siempre había querido leer Las Edades de Lulú. Y madre mía...


Sumida todavía en los temores de una infancia carente de afecto, Lulú, una niña de quince años, sucumbe a la atracción que ejerce sobre ella un joven, amigo de la familia, a quien hasta entonces ella había deseado vagamente. Después de esta primera experiencia, Lulú, niña eterna, alimenta durante años, en solitario, el fantasma de aquel hombre que acaba por aceptar el desafío de prolongar indefinidamente, en su peculiar relación sexual, el juego amoroso de la niñez. Crea para ella un mundo aparte, un universo privado donde el tiempo pierde valor. Pero el sortilegio arriesgado de vivir fuera de la realidad se rompe bruscamente un día, cuando Lulú, ya con treinta años, se precipita, indefensa pero febrilmente, en el infierno de los deseos peligrosos.



Tríos, travestis, orgías... Mis hormonas y yo no lo agradecemos nada de nada.


Libros y películas aparte. Este viernes fue, ante todo, curioso, y el siguiente tiene todas las trazas de serlo aun más.









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