♫ Elena. Periodista responsable de contenidos en Kedin.es. Cuasifotógrafa. Coleccionista. Promotora de conciertos. Eternamente a dieta y con mi otra mitad al otro lado del charco. ♥ books, fashion, vintage, music. Odio los lunes y las almohadas pequeñas.

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♥ Elena Metafóricamente adquiere los conceptos de "la mujer más bella del universo" derivados de la historia troyana de París y Elena, en la que Elena, de belleza incomparable, fue persuadida por París para llevar a cabo una fuga juntos. Por eso el nombre de Elena ha adquirido el epíteto griego de "destructora de hombres". Naturaleza emotiva que todo lo aprovecha. Se expresa por medio del método, la ejecución y la jerarquía. Ama lo sólido, lo que crece y lo protege. Le gusta sentirse segura. Complaciente. Se expresa en la conciliación de intereses opuestos y en la atención al detalle. Ama la responsabilidad y la legitimidad. ♥

domingo, 17 de agosto de 200816:09El sueño de Valentín Sigo viva, sólo que desinternetizada y próximamente en estado nómada. Mañana vuelvo a la Marbella del norte, y el viernes partiré hacia el MTV Weekend Gijón. Festival que en realidad, ni me va, ni me viene (Iván Ferreiro es un plus, pero poco más), pero las circunstancias me lo han puesto "a huevo" y no voy a decir gratuitamente que no a un plan apetecible.


Por aquí, todo marcha igual. Bueno, casi todo marcha igual. Hoy al menos ha sucedido algo emocionante: le he puesto cara a mi hijo imaginario. Azuceno reencarnado en Valentín, protagonista de una tragicomedia argentina que me ha hecho pasar un rato estupendo. Me pierde mi debilidad hacia los niños con gafas, o hacia la gente con gafas en general, y más, si son de pasta negra y ocultan un estrabismo incorregible. Y no estoy de coña. Me pierden, sin más.





Y así es Valentín, un gafotas bizco que quiere ser astronauta y que se mete en tu bolsillo desde el primer plano de la película. Mi ultimamente hipersensible insinto maternal tampoco ayuda, pero es que Valentín ( o Rodrigo Noya, que es lo mismo) es en esta peli una especie de alterego de mi Azuceno. Ah, que nunca os he presentado a mi Azuceno. Azuceno es mi hijo. Hay quien se inventa un novio para pasar el rato, a mi me llega y me sobra con mi pequeño vástago, que aunque su padre no lo sabe, cada día se parece más a él. Porque evidentemente, Azuceno no salió de la nada, sino que tiene un padre y una madre, aunque el primero no sea consciente de ello. Ahora debe rondar los 5 años, pero no puedo asegurarlo, su edad cambia por momentos, avanza y retrocede irremediablemente, pero nunca pasa de los 10. Osea, nunca llega a acercarse a esa terrible época que es la adolescencia. Es un niño muy listo, pero su inteligencia no sirve a la hora de la verdad, y es que me llega todos los días a casa con las gafas rotas. Se me va mi sueldo inexistente en monturas y cristales, pero no me importa, porque como ya os he dicho, me encantan las gafas (será porque aunque quise, nunca me han dejado usarlas). A veces me pregunta por su padre, y yo suelo inventarme historias de unicornios para paliar su ausencia, pero algún día tendré que decirle la verdad. Lo de su padre y yo, es un amor imposible...

Etiquetas: azuceno, el sueño de valentin, rodrigo noya

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